REMINISCENCIAS
-¡Eres una perversa insaciable! Replica el moreno mientras cae pesadamente en la cama.
-¿Perversa? Le mira inquisidoramente, -Tú le enseñaste a este alma pura como la nieve de Briggs a ser como es. Exclama la rubia.
-Mmm… ¿Ahora soy yo el pervertido? No tuve la culpa que mis instintos fueran más fuertes que mi cordura. Le mira acusadora mientras se recuesta en su pecho. -Bueno debo admitir que tu belleza me cautivo por completo.
-Lo sé… yo tampoco lo creí. Se levanta un poco para besarle los labios. -Yo ya llevaba un tiempo en Briggs cuando llegaste; y debo admitir que a primera vista. Hace una pausa. -Me pareciste alguien a quien no debía mirar. Cierra los ojos.
-¿Lo dices por ser Ishvalano?
-Si amor... Hace una pausa. -Mira, al haber nacido en cuna de oro, se nos inculco todo el tiempo que los Ishvalanos eran gente despreciable, al igual que las personas de otras razas ajenas a